En la cuna del neoliberalismo es curioso analizar los detalles del mismo tomando en cuenta que la mayoría de la población vota a su favor cada cuatro o cinco años.

Es así curioso encontrarse con frases como: “Para el neoliberalismo, el Estado debería cumplir únicamente sus funciones fundamentales como organismo regente en la organización de la sociedad, de modo que se opone a su intervención en el funcionamiento de la economía, para así mantener a raya las regulaciones e impuestos al comercio y las finanzas.” https://www.significados.com/neoliberalismo.

Y resulta curioso ver como una sociedad que tiende a manejar de manera egoísta y avara sus riquezas obtenidas por medio del libre mercado, que se desviven por mantener su autoempleo (la ilusión más cercana a ser empresario) por considerarlo la mayor de las responsabilidades y el valor absoluto del ciudadano; resulta curioso decía, ver como al fracasar el sistema que inventan, recurren al Estado para que les provea del dinero que pierden para así, una vez retornados al sistema, poder seguir adelante con una escala de valores falsa e inexistente que nada tiene que ver son la solidaridad o cooperación exigida al Estado. Es decir, el tan popular “para el estado lo menos posible”. Igualmente curioso es esa colocación el Estado en una tercera persona del singular, como si fuera algo ajeno al mismo ciudadano… eso de la libertad del mercado, que no es más que una sobredosis de la droga llamada consumo inyectada con ignorancia masiva.

Es decir que los neoliberales, cuando el sistema fracasa son socialistas o hasta comunistas para salvar su existencia, y esto tan solo hasta tener la posibilidad de volver al sueño de ser un individuo liberal poderoso por medio del dinero. Una cosa no justifica a la otra, de hecho cuando las izquierdas electoralistas arriesgan perder poder se pliegan al neoliberalismo. Esto tan solo reafirma la carencia absoluta del ser y su substitución por el tener… cosa que se conjuga en el arma más eficaz del neoliberalismo: No ser, para tener.