jueves, 19 de mayo de 2016

Desde la más humilde ignorancia...

Desde la más humilde ignorancia posible, he desaprendido que la desnudez del ser quien soy difiere mucho de la sensación que se puede experimentar en una playa nudista. La humilde ignorancia parte desde saber que siempre existe cierta falta de conocimiento cuando comunico con individuos críticos y sentipensantes, conocimiento desde el cual me enriquezco siempre y conforma mi comprensión bajo el dictamen de la tolerancia. Dejo de ignorar cuando introspectivamente lo aplico en mi mismo y lo analizo, lo hago mío y decido así, quién soy; fuera de ello siempre seré un ignorante de algo. La desnudez de ser auténtico, es a la individualidad del ignorante que se conforma individuo desde la tolerancia que permite el aprendizaje, no al esnobismo de vestirse masificadamente con al desnudez.

martes, 10 de mayo de 2016

Conceptos

Hay conceptos que confundimos hasta tal punto que parecemos idiotas. La tolerancia no es que nos van a obligar a ser como son los demás, es simplemente querer ser como somos (no parte desde el otro, parte de uno mismo) y para ello hay que entender que es un pensamiento universal, y por lo tanto, que el otro piensa igual que yo. Otra cosa son las inquisiciones conceptuales a las que nos tienen esclavizados por medio de la imbecilidad exagerada, desde las cuales se dictan los totalitarismos disfrazados de bondades y virtudes. No me cansaré de pensar que de los males, la competencia es uno de ellos y de los peores. Ganar o perder, dos utopías al servicio de las doctrinas parasitarias. Los viejos Coliseos o bomboneras de zombies, fueron concebidos para establecer el ganar como droga civilizante ya que el perder tocaba en la diaria y al servicio de los patricios y emperadores. En mi andar he buscado el perder o el ganar como el arca perdida y no he podido encontrarlas. La competencia no existe, nadie compite y nada compite contra nada en éste planeta o Universo, excepto el humano civilizado. Y así como el León no es malo por que se alimenta del ciervo, si lo es el humano que mata por satisfacción…ahora que curiosamente solo lo hace al civilizarse; curioso el origen del virus. Ninguna tribu indígena en su estado auténtico concibe la caza como un deporte. El engaño magistral es el deporte como competencia y no como divertimiento y satisfacción compartida. Es también lo bueno y lo malo como condición intrínseca al humano, el perder o ganar como medidor del valor humano. No se puede ser tan vacío y pedir luego un epitafio digno.

domingo, 8 de mayo de 2016

Excusas

Si voto por alguien y equivoco, no tengo excusa.

Si cierro los ojos ante la evidencia no tengo excusa.

Si me hago el distraído ante la injusticia no tengo excusa.

Si me confabulo con el horror a cambio de favores no tengo excusas.

Si me hago permisivo por miedo a la propia exposición no tengo excusas.

Si condiciono mi antojo al confort material no tengo excusas.

Sin mañana nadie me ayuda, me defiende o me apoya…no tengo excusa.

Si me infravaloro, me niego, me desprecio…no tengo excusa.

Si muero sin saber si he vivido…no tengo excusa.

Si la meta está siempre más allá de hoy…no tengo excusa.

Si la plenitud está allá, no tengo excusa.

Si la felicidad está después de la vida, no tengo excusas.

Excusarse no es una opción, es el suicidio del imbécil.

sábado, 7 de mayo de 2016

Valores

En el nuevo orden valorativo, la criminalidad si no es evidente a los ojos no existe en culpa. Si yo hago un dique secando al río, la culpa será del canoero que cruzaba a la gente de una a otra orilla, que a la vista de todos, es quien está involucrado con el río. Seguimos en la inquisición, quemamos a las brujas que ahora llaman populistas por el miedo a que nos quiten el pan que nos arrojan desde sus murallas...y es claro, esos populistas de hoy nos ofrece el saco de trigo para hacernos nuestro propio pan...

viernes, 6 de mayo de 2016

2016

Es casi imposible que la humanidad no tienda al desastre. Cada vez se ven más niños alcanzando metas materiales de adultos en una sociedad cuyo único fin es hacer dinero en un sistema que genera angustia y estrés, por falta de valores espirituales. El Hombre no se realiza se llena de cosas. Una insatisfacción constante que a modo de adrenalina mantiene al Humano adicto al trabajo, los vicios y lo superfluo. Y para colmo, el negocio farmacéutico está empecinado en prorrogar dicha angustia con la longevidad. Ahora ya somos intolerantes…a la lactosa, al gluten, a las hormonas que le inyectan a las carnes, a los antibióticos que le dan a los animales que comemos…eso si, llegamos fácilmente a los noventa años y alcanzamos la dichosa jubilación para vivir pendientes de la dieta, el médico, la TV y el bar, entregados al antojo de no hacer nada durante todo el día…como si alguna vez hubiéramos hecho algo. ¡Qué raza inteligente! Tal vez sea un Donald Trump un epitafio digno para ésta humanidad.