Sin dudas hay que comenzar a discernir. Separar la verdad de la real-idad o información condicionada. Dejar de lado la valoración de los medios y utilizar el juicio crítico propio por más que vaya a contracorriente…que por lo general es lo más sensato. Así un vídeo que hace poco hablaba de la realidad del primer Mundo de forma admirable (https://www.youtube.com/watch?v=z3y8PgsFJNQ ) , como éste artículo de Mempo Giardinelli
( https://www.pagina12.com.ar/22637-carta-publica-a-mario-vargas-llosa ) que se sincera consigo mismo y sus idolatrías.
Nos dejamos arrastrar como peces en la red de la necesidad de aceptación y pertenencia. Repetimos y no razonamos. No queremos ver y vivimos ciegos. Decimos lo mismo que dicen todos, llevamos lo que se lleva…somos imbéciles.
Los invito a que vean o lean las dos publicaciones anteriores y recapaciten. Lo apliquen al total de lo comunicado a lo largo de la historia y que piensen, que cada cosa pública, llega a serlo por algún medio que autoriza, de alguna forma, dicho estado público. Más llanamente, lo acontecido lo comunica quien ha sobrevivido o quien tiene lápiz y papel para difundirlo.
De ésta manera TODO está reglado y manipulado por quienes tienen el lápiz y papel. Así como no llega a presidente de un partido político quién no defienda sus intereses históricos de fundación, o patriarca de una religión quien no defienda los intereses institucionales de la misma, etc. Tal vez así podamos entender que como referente, el caso Donald Trump, tiene como característica a respetar, la frontalidad y franqueza de su ideario. Asombra su transparencia, más allá de estar de acuerdo o aborrecerlo, es coherente en su accionar con respecto a su pensar y eso es la primera vez que se puede ver en altos cargos de gobierno del país de los Estados Unidos de una zona parcial del norte de América.
Ha llegado el momento de desmentir quien pueda ser sincero y desvelar, quien pueda despertar al gran durmiente.
Como artista, debo negar cualquier expresión “artística” con filiación política; simplemente porque de alguna manera tendrá componentes que atenten en contra de su independencia expresiva en pos de su promoción en la difusión. No existe partido político que promueva cultura que no esté acorde a sus lineamientos, sea cual sea su posición. También separar a los técnicos de los artistas. Hay mucho tecnicismo que se confunde con arte y grandiosos técnicos que se benefician de ello poniendo sus habilidades y conocimientos al servicio de los grandes poderes y en beneficio propio. Los artistas no somos tontos que vivimos en la estratosfera alejados de la realidad. Mantenemos un estado de alta sensibilidad con nuestro día a día y sentimos la necesidad de transmitirlo o expresarlo. Dicha sensibilidad reacciona inevitablemente ante cualquier tipo de violencia o crueldad. Un artista no podría dar su apoyo nunca a quienes promuevan violencia en cualquiera de sus formas por simple constitución sensitiva. Es contradictorio. Otra cosa es denunciarla o expresarse sobre ella; pero no, apoyar instituciones que se involucren en el manejo de la violencia en busca de beneficios materiales propios. El arte debe ser más independiente y libre que cualquier otra forma o institución social, no puede estar de la mano de la necesidad o la ambición material o de trascendencia social.
Nos dejamos arrastrar como peces en la red de la necesidad de aceptación y pertenencia. Repetimos y no razonamos. No queremos ver y vivimos ciegos. Decimos lo mismo que dicen todos, llevamos lo que se lleva…somos imbéciles.
Los invito a que vean o lean las dos publicaciones anteriores y recapaciten. Lo apliquen al total de lo comunicado a lo largo de la historia y que piensen, que cada cosa pública, llega a serlo por algún medio que autoriza, de alguna forma, dicho estado público. Más llanamente, lo acontecido lo comunica quien ha sobrevivido o quien tiene lápiz y papel para difundirlo.
De ésta manera TODO está reglado y manipulado por quienes tienen el lápiz y papel. Así como no llega a presidente de un partido político quién no defienda sus intereses históricos de fundación, o patriarca de una religión quien no defienda los intereses institucionales de la misma, etc. Tal vez así podamos entender que como referente, el caso Donald Trump, tiene como característica a respetar, la frontalidad y franqueza de su ideario. Asombra su transparencia, más allá de estar de acuerdo o aborrecerlo, es coherente en su accionar con respecto a su pensar y eso es la primera vez que se puede ver en altos cargos de gobierno del país de los Estados Unidos de una zona parcial del norte de América.
Ha llegado el momento de desmentir quien pueda ser sincero y desvelar, quien pueda despertar al gran durmiente.
Como artista, debo negar cualquier expresión “artística” con filiación política; simplemente porque de alguna manera tendrá componentes que atenten en contra de su independencia expresiva en pos de su promoción en la difusión. No existe partido político que promueva cultura que no esté acorde a sus lineamientos, sea cual sea su posición. También separar a los técnicos de los artistas. Hay mucho tecnicismo que se confunde con arte y grandiosos técnicos que se benefician de ello poniendo sus habilidades y conocimientos al servicio de los grandes poderes y en beneficio propio. Los artistas no somos tontos que vivimos en la estratosfera alejados de la realidad. Mantenemos un estado de alta sensibilidad con nuestro día a día y sentimos la necesidad de transmitirlo o expresarlo. Dicha sensibilidad reacciona inevitablemente ante cualquier tipo de violencia o crueldad. Un artista no podría dar su apoyo nunca a quienes promuevan violencia en cualquiera de sus formas por simple constitución sensitiva. Es contradictorio. Otra cosa es denunciarla o expresarse sobre ella; pero no, apoyar instituciones que se involucren en el manejo de la violencia en busca de beneficios materiales propios. El arte debe ser más independiente y libre que cualquier otra forma o institución social, no puede estar de la mano de la necesidad o la ambición material o de trascendencia social.
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