domingo, 9 de abril de 2017

Hoy será una mañana que como aquella


Hoy será una mañana que como aquella, cuando llegue, no habrá arribado. Debo agradecer mi intuición de haber, en determinado momento, dejado de consumir conocimiento autorizado o institucionalizado paro confiar en mi juicio crítico y mi ignorancia. Vi muchos amigos profesionales avanzar en su profesionalidad y solo en eso, lo que me permitió pensar que era un camino saturado ya de éxito e intentar la satisfacción personal por otros lados de la existencia. Es sano equivocarse por propia iniciativa y fácil sentirse cierto por seguir la continuidad de las masas…socializadas o evangelizadas o educadas… consintiendo por mayorías y estatus social. 

Dudar de todo lo que acontece no es sinónimo de ignorar es el principio básico del juicio crítico. Cuando nos educan, sustituyen dudas por convicciones que no nos son propias y no alcanzan a ser conclusiones ya que no se sigue el camino del razonamiento, se acata algo (cosa que daña mucho al amor propio). Seguimos creyéndonos grandes sapientes e ignorando que la educación es la programación básica para ponernos en funcionamiento dentro de una determinada sociedad y que esas sociedades se rigen por sistemas de gobierno, esos sistemas de gobiernos por personas y éstas por intereses. En esto no hay sentimiento hay únicamente intención de educar, de formar; mero interés. Otra cosa es el elemento humano que aporta el educador, del cual la misma educación ya se está haciendo cargo de anular (ese es otro tema que habla de vocación, rentabilidad y consumo). 

Siempre busco para comprender o al menos intentarlo, despojarme de los macros o de mi ego para buscar en lo simple desde mi ignorancia. Un ciudadano común necesita educarse para trabajar y accionar dentro de la sociedad en que vive. Para ello debe acudir a un “espacio” en donde lo eduquen para tal fin. La finalidad de dichos espacios es únicamente insertarlo dentro de un sistema social y productivo con claras normas específicas. Normas morales, cívicas, éticas… crear un individuo útil para una sociedad cerrada. Ese espacio exterior fue y es fácilmente manipulable desde la educación curricular. Luego está la micro-sociedad (su casa, su familia) un espacio en donde se supone, se genera la autenticidad sentimental, se transmiten valores culturales desde la tradición oral y ancestral. Hoy con la TV y demás artefactos, todo esto no existe. Somos educados en nuestro propio micro-mundo. Todos dentro de nuestras casas hacemos lo mismo, nos educamos. 

Visto así el triunfo de la educación es total, ha sido todo un éxito. El problema es que nosotros hemos caído en la trampa de confundir educación con cultura. 

La educación programa, encamina, doctrina; tiene una finalidad específica que es la adecuación de un ser a un sistema. La cultura cultiva, genera, complementa; es la aplicabilidad del conocimiento que te rodea para un aprovechamiento cooperativo dentro de la sociedad que habitas sin perder la individualidad desde el sentimiento.

Debemos ya dejar de educar niños tan solo para que sepan manejar las herramientas que conforman a las sociedades modernas y darles la cultura suficiente para que puedan aplicar dicha educación en beneficio de la Humanidad toda, cosa que conformaría la verdadera globalización; una globalización cultural y no solamente educativa. 

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