martes, 27 de octubre de 2015

De la sabiduría.

Hemos entendido lo que es cultura, educación y enseñanza. Ha costado y aún no se aplican como es debido, pero al menos espero comprendamos qué es cada cosa. Ahora solo queda comprender que es sabiduría, para poder valorar que la incursión dentro de un sistema de enseñanza contenido dentro de las normas educativas de una cierta cultura no implica sabiduría. Y que por lo general, las regulaciones y opresiones al individuo que ejercen éstas tres formas de formación, atentan en contra de dicha sabiduría. Hay un conocimiento que es universal, que no proviene ni de la enseñanza ni de la educación ni de la cultura de un grupo, sino que está en la memoria misma de la energía que compone el universo del cual somos parte compositiva. Alcanzar a leer éste conocimiento implica la libertad de pensamiento, la individualidad; que no es más que universalizarse. Esto podría implicar que no es que nazca un genio cada tanto, sino que muy pocos se libran de la opresión existencial que ejercen las doctrinas sociales y logran escuchar el universo en armónica sabiduría y simplemente ejecutar esa información que llevamos “puesta” y aplicarla. Eso que los simples llaman confianza en si mismo, que no es otra cosa que el libre albedrío…y es el pánico de los opresores.

Esto queda aún más claro cuando se mira desde el otro extremo, es decir, los religiosos, grandes empresarios, industriales, políticos…dedican toda su existencia a algo tan inexistente como el poder. Podría decir real en lugar de inexistente que sería lo correcto ya que pertenece a la visión interesada de la realeza como casta dominante, pero son de esas palabras que no se entiende bien su significado. EL poder, ese deseo incontenible de dominar el azar solo puede pertenecer a seres que viven en el pánico endémico. Para ello se rodean de “inventos” inexistentes y dependientes de normativas estrictas, rígidas y maleables que ellos mismos han inventado y que por ende, manejan. Allí viene la necesidad de educar a la gente dentro de esas normativas y enseñarlas, para generar culturas determinadas. Poco de sabio tiene aquel que se adjunta a ello.

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